Swingers: qué son y en qué se basa su manera de vivir la sexualidad
La sexualidad es un aspecto de nuestras vidas que a lo largo de la historia ha recibido un trato variable según la época y las corrientes de pensamiento imperantes. Múltiples prácticas sexuales han sido prohibidas y censuradas: El deseo, el placer, la sexualidad femenina han sido minusvalorados y olvidados durante siglos, la homosexualidad perseguida, el BSDM una práctica horrorizada. Solo el paso de los años y las luchas por la igualdad de genero, la igualdad sexual y el libre pensamiento individual han dado pie a formas diversas de vida sexualmente aceptadas, pero lo cierto es que; unas mas que otras.
Afortunadamente, en la actualidad vivimos en una etapa en que al menos en una parte del mundo existe un elevado nivel de libertad sexual, naciendo y reproduciéndose diferentes modos de disfrutar de nuestra sensualidad y sexualidad. Una de estas prácticas es, aún hoy en día, algo controvertida para parte de la población, al diferir con el concepto de fidelidad que se asocia al mundo de la pareja; el intercambio de pareja o swinging y de quienes lo practican, los swingers.
¿Qué son los swingers?
Son aquellas personas que mantienen una relación de pareja estable y que mantienen relaciones sexuales consentidas por parte de ambos miembros de la pareja, con otras parejas. Aun cuando en teoría se ve algo muy sencillo, en la realidad plantea mucho retos personales y colectivos que se pasean por todos los ámbitos de la vida social; la religión, formas de educación, maneras de ver el sexo, machismo, etc.
Así, uno de los miembros de una pareja mantiene relaciones sexuales con uno de los miembros de la otra, mientras los otros dos hacen lo mismo, lo que se conoce como intercambio de parejas. El cual, tiene dos vertientes Softswinger, solo besos, caricias y sexo oral o bien ver y ser vistos y Fullswap, un intercambio que conlleva penetración.
Dicho juego sexual es realizado siempre en presencia y con la participación en el mismo momento y lugar de todos los miembros de cada pareja, estando implicados en permanentemente de una manera más activa en el encuentro sexual.
Es de resaltar, que se trata de parejas estables que deciden tener relaciones sexuales con otras personas de forma pactada y conjunta, no existiendo un engaño y debiendo ser algo deseado por ambas partes. Asimismo, la pareja con la que se realiza el intercambio es decidida y acordada de manera conjunta, no imponiéndose la elección de uno sobre el otro. Hay exclusividad amorosa, pero no sexual. El rango y tipo de actos que se van a permitir o aceptar debe ser pactado previamente por todos los involucrados.
Los intercambios de pareja pueden llevarse a cabo en clubs creados para ello, en eventos privados o de forma pactada entre particulares.
No estamos ante un tipo de práctica especialmente frecuente o común, al día de hoy no es en absoluto bien visto por la sociedad en general. Independientemente de ello es importante tener en cuenta que éstas prácticas se realizan en todo momento desde el principio fundamental del respeto, los swingers son personas que han decidido disfrutar de su sexualidad de manera libre, respetando los valores y normas que deciden con sus parejas.
¿Cómo es la cultura swinger?
El mundo de los swingers tiene una dimensión social, algo que va más allá de las parejas que participan en ella, y que forma un tejido de relaciones. La cultura swinger es un fenómeno social que ha ganado visibilidad en las últimas décadas. Desde el punto de vista de psicólogos y estudiantes de psicología, comprender esta subcultura puede ofrecer una perspectiva valiosa sobre la diversidad de las relaciones humanas y las dinámicas sexuales. Uno de los principios clave de la cultura swinger es el consentimiento, todas las actividades sexuales se basan en acuerdos explícitos e implícitos y consensuados entre todas las partes involucradas. Este enfoque en la comunicación abierta y honesta es fundamental para mantener relaciones saludables y respetuosas.
Las motivaciones para participar en el estilo de vida swinger varían. Algunas parejas buscan explorar nuevas experiencias sexuales y romper con la rutina, mientras que otras desean fortalecer su relación mediante la apertura y la confianza mutua. La mayoría de parejas manifiestan una mayor satisfacción sexual, una comunicación mejorada y un sentido de comunidad muy cercano entre los participantes.
Las dinámicas dentro de la comunidad swinger pueden variar ampliamente. Algunos prefieren encuentros casuales, mientras que otros optan por relaciones más duraderas con otras parejas. Existen normas y reglas específicas que regulan las interacciones e interrelaciones, como el consentimiento previo, el uso de protección y el respeto por los límites personales.
A pesar de los beneficios, la cultura swinger también presenta desafíos. La gestión de los celos, la negociación de los límites y la comunicación efectiva son esenciales para evitar conflictos. Sus miembro deben estar preparados para abordar estos temas con sensibilidad y asertividad, reconociendo la diversidad de experiencias y perspectivas dentro de la comunidad swinger y asumiendo los retos que plantea como individuo y como pareja.
Aunque la cultura swinger ha ganado aceptación, aún enfrenta estigmatización y malentendidos. La educación y la sensibilización son cruciales para combatir los prejuicios y fomentar una comprensión más amplia de esta subcultura.
Los orígenes del intercambio de pareja
Históricamente existen ciertas dudas sobre el origen de la práctica de swinging. Al parecer una de las hipótesis más aceptadas es que su origen data entre los años cuarenta y los años sesenta en Estados Unidos.
Los orígenes se remontarían a agrupaciones de militares apostados en Filipinas, que en algunos clubs realizaban lo que en aquel momento se denominó "intercambio de esposas" se reunían y tras poner cada uno de ellos las llaves de sus habitaciones en un sombrero, cogían de dicho sombrero otras llaves correspondientes a otra habitación, intercambiándose con la pareja del propietario original de las llaves. Este tipo de práctica se popularizó en la época hippie, si bien continuó siendo poco aceptada por la mayoría de la población.
Con el paso del tiempo, esta práctica que inicialmente estaba asociada a un papel sumiso de la mujer y en muchos casos también con un sometimiento expreso, ha ido evolucionando hasta hacer de ello una práctica en que las parejas deciden de forma acordada y mutuamente consentida mantener relaciones sexuales con otras personas, a la vez y en el mismo lugar, dándole un protagonismo innegable a la mujer, su cuerpo y sus decisiones.
Normas básicas
La práctica del swinging es un fenómeno complejo y socialmente criticado, propicia que las parejas swingers tiendan a ocultar sus prácticas. Es necesario tener en cuenta la necesidad de establecer una serie de normas en dichas prácticas con el fin de que no se produzcan conflictos en el seno de la pareja. Si bien cada pareja va a establecer sus propias normas, en su mayoría siguen una serie de principios básicos.
1. Situación acordada y sin presionar a ninguna de las partes
La principal y más importante de las premisas que todo intercambio de parejas debe seguir es el hecho de que ambos miembros de la pareja deben estar interesados y conformes en realizar este tipo de prácticas. Es decir, resulta fundamental que ninguna de las partes llegue a aceptar algo que realmente no quiere hacer, solo por complacer a su pareja o por temor a romper su unión.
También se aplica a la aceptación o rechazo por parte de la persona o pareja, para con quien la pareja desea mantener la relación sexual.
2. Seguridad, ante todo
Otro elemento básico es el uso de profilaxis, la práctica sexual con diferentes parejas puede conllevar un elevado riesgo de contagio de infecciones sexuales o embarazos si no se realiza con protección. El uso de preservativo y otros mecanismos de protección pueden disminuir dicho riesgo.
3. No implicación emocional
Una de las premisas más básicas que hace que el movimiento swinger pueda no tener repercusiones negativas en la pareja es el hecho de mantener el acto del intercambio en algo meramente sexual. Estamos hablando de que quienes lo llevan a cabo han de ser parejas consolidadas y estables, que deben ser monógamos a nivel relacional o romántico. Este aspecto es especialmente relevante para no dañar la pareja.
Palabras de afecto, ternura, regalos románticos están fueran de lugar. Incluso muchas parejas prohíben besarse, dada la connotación romántica que suele tener este acto para la mayoría de las personas.
4. No ha de ser la única práctica sexual
El swinging puede resultar una práctica estimulante para las personas que los practican, pero es muy recomendable que no se trate de la única que se lleve a cabo. Mantener relaciones sexuales con la pareja en otros contextos y sin intercambios es también necesario y sano de cara al mantenimiento de la pareja.
Posibles beneficios y riesgos
Si se lleva a cabo bajo una serie de normas básicas y de forma totalmente aceptada y voluntaria por ambas partes, las diferentes opiniones parecen indicar que el swinging no tiene por qué tener efectos negativos en el funcionamiento de la pareja e incluso en algunas puede revitalizar el erotismo y atracción existente entre sus componentes, al verse disfrutar de otras maneras. La idea de compartir este tipo de actividad como algo secreto entre ambos miembros de la pareja puede resultarles deseable.
La práctica del swinging también tiene una serie de riesgos, especialmente si no se cumplen las premisas básicas anteriormente descritas o se incumplen las normas pactadas entre los miembros de la pareja.
Entre estos riesgos está el de ruptura de la pareja, al poder considerar uno de los miembros que las otras personas con las que se mantienen relaciones le da a su pareja algo que él o ella no es capaz de darles. También existe el riesgo de implicación emocional si el contacto se prolonga y es reincidente.
Personas inseguras, con celos, baja autoestima o con problemas de pareja de base no deberían acudir a estas prácticas dado que pueden empeorar su situación.
Otro de los aspectos que más problemas suele dar es el hecho de que realmente sólo uno de los componentes de la pareja desee tener el intercambio, siendo el otro obligado pese a aceptar llevarlo a cabo. En estos casos la parte que en realidad no desea hacerlo no suele participar activamente, padeciendo y sufriendo por esto. La situación puede empeorar si la parte que lo apetecía no desea que sea una experiencia aislada sino algo habitual. Es por ello que es muy importante que existe una buena comunicación horizontal en la pareja y que exista, el anteriormente citado, acuerdo entre ambas partes.
Confusiones con otros términos
Hay que tener en cuenta que aunque el principio básico es fácil de entender, a menudo la práctica del swinging resulta confundida con otro tipo de actividades de índole sexual, la infidelidad.
En primer lugar, no se trata de un acto de infidelidad, sino que es algo previamente pactado y aceptado por ambos miembros de la pareja. Tampoco se trata de poliamor, siendo el encuentro meramente sexual, no existiendo una vinculación romántica entre las dos parejas. Por último, tampoco estamos hablando de tríos ni de orgías, si bien en algunas de las fiestas y encuentros de éste tipo en ocasiones pueden surgir encuentros de tales características, no es la forma fundamental del swinger, intercambio de parejas. Aun cuando hay opiniones que señalan que los tríos, las orgias, el cuckold, el cuckquean, entre otras; pueden ser consideradas como parte del estilo de vida swinger, al ser prácticas originarias de la complicidad en pareja.
Los swinger son seres humanos, no son seres superiores o exentos de dudas, conflictos y riesgos, son miembros activos de la sociedad en su conjunto y con las barreras sexuales que cada sociedad plantea. Son ´padres, madres, hijos, abuelas, abuelos. Son personas que deciden vivir sus fantasías en complicidad con su pareja, rompiendo todas sus paredes morales colectivas e individuales, se reaprenden permanentemente y en pareja, crecen juntos.
El Club de Parejas Swinger Eros